El debut de Diego Hallivis tenía todas las papeletas para ser un interesante thriller con viajes en el tiempo de por medio, pero su prometedora premisa no cuaja en ningún momento. Nos encontramos con una matemática cuyo marido acaba de fallecer, un científico que estaba creando una máquina para viajar en el tiempo. Un día, recibe una llamada advirtiéndole que huya de casa y que no se fie de nadie, lo que la llevará a investigar las poco convincentes circunstancias en las que falleció su marido y de paso averiguar quien está tras sus pasos.
Ya de entrada, que me pongan a una pareja de matemáticos y científicos jovencitos sacados de un catalogo de lencería ya me descoloca bastante, con lo que si detrás no hay un guión sólido que me ayude un poco a olvidarme de esto, no hay manera de convencerme. Lyndsy Fonseca es una monada, pero en ningún momento me llego a creer su papel de esposa sufridora matemática, y ya no solo por como está construido su personaje, sino por que actúa directamente mal.
A esto le sumamos que la película está más cerca de un telefilm de sobremesa que de un thriller con cara y ojos, que desde el primer momento sabes quien es el malo y que ni siquiera su final sorpresa lo es tanto, nos queda un film soso y sin ningún aliciente que es mejor evitar.