Pequeño film independiente que plantea cuestiones interesantes pero que no es capaz de acabar de transmitir todo aquello que propone. El director Luke Shanahan nos presenta a una joven cuya hermana gemela desapareció un año atrás. Sus padres ya la dan por muerta, incluso han celebrado un funeral, pero ella no se da por vencida, sigue teniendo sueños de ella secuestrada.
Regresa a casa y junto a la que era la pareja de su hermana y un policía que investigó el caso, decide ir al lugar que aparece en sus sueños, lo que les lleva hasta un viejo camping donde nada es lo que parece. Dividida en dos partes bien diferenciadas, en la primera nos encontramos con el drama de la hermana que sueña y sufre, y que intenta averiguar lo que pasó con su gemela. En la segunda parte la película da un giro y es aquí donde no aprovecha todo su potencial.
Rabbit debería ser mucho más demencial, mucho más terrorífica de una manera claustrofóbica e insana, y se presta a ello, pero es incapaz de transmitir todas esas sensaciones, y acaba resultando anodina e insustancial, que es lo peor que le podía pasar.