Grandioso thriller el que nos ofrece Rodrigo Sorogoyen, que nos lleva hasta el verano de 2011 en Madrid, víspera de la visita del Papa en un verano de lo más caluroso. Dos policías de homicidios, Alfaro y Velarde, se topan con un asesino en serie que viola y mata a ancianas y deben solucionar el caso sin mucho ruido para evitar el escándalo en plena visita del Papa.
Lo mejor de Que Dios Nos Perdone, aparte de una buena trama detectivesca, es sin duda sus dos protagonistas centrales, ya que Sorogoyen no se limita a explicarnos un incómodo y repulsivo caso de asesinatos de indefensas viejecitas, sino que nos lleva hasta lo más íntimo de estos personajes, adentrándose en su vida personal para darles más profundidad y hacerlos sobre todo humanos con todos sus defectos, que no son pocos.
Alfaro, interpretado de manera sobresaliente por Roberto Álamo, es un policía intenso y visceral, que se altera con demasiada facilidad y que ya ha tenido problemas por ello, en cambio Velarde, otro gran trabajo de Antonio de la Torre, es todo lo contrario, tranquilo y meticuloso, es un tartamudo que vive acomplejado por ello y al que le cuesta relacionarse con los demás fuera y dentro del trabajo. Ambos forman una curiosa pareja que no está exenta de problemas, pero que pese a todo se respeta.
Sorogoyen retrata también un país como el nuestro sin tapujos, donde hacer lo mínimo siempre es la primera opción, así vemos como trabaja el cuerpo de policía que no tiene la más mínima gana de complicarse la vida. Que Dios Nos Perdone va a ser tranquilamente una de las películas del año junto a El Hombre de las Mil Caras y Tarde para la Ira, los Goyas de este año van a estar complicados.