El derrumbamiento de un túnel en el que queda atrapado un hombre en su coche es el punto de inicio del nuevo trabajo de Kim Seong-hun, que tiene poco de cine de catástrofes, salvo la escena inicial, y si que tiene mucho de crítica social y política.
Porque su director arremete directamente primero contra esos periodistas que solo buscan la exclusiva sin que les importe nada más, para dar luego caña a los políticos que solo buscan la foto e incluso reparte contra los constructores señalando las deficiencias con las que se construye en su país, sin olvidar a la gente de calle ávida de carnaza en su televisor y al debate que supondrá el alto costo de salvar al pobre hombre atrapado.
Tunnel es la historia de un hombre atrapado entre escombros en el interior de un túnel y del circo que se monta en el exterior, tanto mediático como político, de las dificultades para salvarlo y de la valentía de unas cuantas personas para que el rescate acabe llegando a buen puerto a pesar de todo y de todos. Porque si algo consigue Tunnel es que te identifiques rápidamente con ese pobre hombre atrapado que no tiene más que un par de botellas de agua y una tarta de cumpleaños regalo para su hija para subsistir durante todos los días que durará su operación de salvamento, y créeme que llegarás a beberte el agua de la botella con su tapón y a ahorrar batería de móvil como si te fuera la vida en ello.