Maravillosa propuesta que nos trae el director aclamado director Park Chan-wook, una obra de época rodada magistralmente de apabullante belleza y sensualidad, una historia de amor y de erotismo con vueltas de tuerca con la que no hay más que rendirse a los pies de su director.
Ambientada en la ocupación japonesa en Corea, todo empieza cuando un estafador coreano que se hace pasar por un Conde japonés intenta casarse con una adinerada joven japonesa. Para ello, contará con la ayuda de una criada que introducirá al servicio de la joven y que tendrá la tarea de convencerla de que se enamore de él.
Jugando con los tiempos, contando la historia desde diferentes puntos de vista, Park Chan-wook dota al relato de una delicadeza y elegancia fuera de lo normal, incluso en sus partes más controvertidas y ásperas, consiguiendo además un ritmo pausado pero que no deja de sorprenderte y de atraparte. Incluso un servidor que no es gran fan del cine de época no ha podido evitar quedarse prendado de esta absoluta joya. No es tan solo una de las mejores películas vistas en Sitges, si no que es sin duda una de las mejores del año.