Nos la habían vendido como un extraño divertimento en el que Daniel Radcliffe hacía de cadáver que se tira pedos, pero Swiss Army Man es mucho más que eso, es una fábula sobre un pobre chico que se siente abandonado y marginado, incluso antes de encontrarse en una isla desierta, que encuentra en un cadáver arrastrado hasta la playa y lo convertirá en su mejor amigo con el que vivir maravillosas aventuras.
Paul Dano y Daniel Radcliffe están estupendos, son parte de la magia que desprende el film, que está lleno de imaginación, y la relación entre ambos va creciendo y creciendo a medida que avanzamos en la trama, estableciéndose un extraño vinculo de amistad y necesidad mutua. Impecable la incursión de música, el film es a ratos musical, con una canción además que se te quedará grabada y andarás canturreando todo el día.
Swiss Army Man nos obliga a aceptar ciertas licencias de guión, pero nos lo pasamos tan bien que no nos cuesta demasiado, y no hay que olvidar que es un cuento y todo está al servicio de la historia y de lo que nos quiere contar, un alegato a ser diferente, lo normal está sobrevalorado, y a la amistad narrado de una manera muy loca y muy divertida, muy, muy divertida.