El director Ti West se pasa al western y nos regala uno de sus films más redondos cargado de sátira y divertido de principio a fin, con unos diálogos absurdos y descacharrantes totalmente memorables. El film nos presenta a un viajero junto a su perro que va a parar a un pequeño pueblo, pero pequeño de verdad, que son cuatro casas y viven cuatro gatos. Aunque su intención es pasar desapercibido, será inevitable que se vea inmiscuido en un lio que le acabará complicando su viaje.
Puro western en su ambientación y violencia, pero que sabe reírse de si mismo y lo hace de que manera. In a Valley of Violence está plagado de grandes personajes, desde el clásico cowboy que esconde más de lo que es, interpretado solventemente por Ethan Hawke, pasando por un sheriff memorable al que da vida un John Travolta en uno de los mejores papeles que le hemos visto en los últimos años, hasta una vuelta de tuerca a la típica mujercita del oeste que interpreta una desvergonzada Taissa Farmiga, y todo esto sin olvidarnos de una de las mayores atracciones de la película, el perro que hace que te enamores de él desde el primer momento a base de cabriolas y monerias.
Ti West toma el western clásico y le da un lavado de cara que le siente de lo más bien en una historia donde violencia llama a más violencia y que es sin duda de lo mejorcito visto este año en Sitges.