A veces los fans del terror somos de los más impresionables, sobre todo los más veteranos, que basta con que una película venga acompañada de las palabras mágicas “efectos artesanales” para que ya corramos a ponerla en nuestra lista de obligadas, y si encima ya oímos “Carpenter” y “La Cosa” ya hasta se nos pone dura. Pero lamentablemente pocas son las ocasiones en que estás películas están a la altura del maestro, ya lo pudimos comprobar no hace mucho con Harbinger Down, y ahora nos llega esta The Void, que le pasa algo parecido.
The Void empieza bastante bien, es más, su desarrollo es de lo más satisfactorio, un film pequeño que usa bien sus posibilidades, donde acabamos con un grupo de gente encerrada en un centro de urgencias a punto de cerrar que son cercados por lo que parece ser una secta estrafalaria, incluso salen monstruos viscosos y deformes que alegran la vista por lo del rollo artesanal, aunque ni en broma llegan a ser la mitad de buenos que en La Cosa, pero bueno, la cosa va prometiendo.
El problema es cuando al final la película empieza a delirar y a sumirte en una espiral de locura visual que no lleva a ninguna parte y que logra echar por tierra todo lo logrado en un principio, eso acompañado por un par de giros de lo más cuestionables que te acaban de matar del todo.