Ya sabemos que Vigalondo tiene buenas ideas que contar en sus películas, lo ha demostrado desde su debut con Los Cronocrímenes, luego con la simpática Extraterrestre y aunque su debut en inglés con Open Windows fue un experimento algo fallido, con su nueva película Colossal vuelve a la senda con una original historia que mezcla drama, comedia y el cine Kaiju en una peligrosa coctelera de la que logra salir muy airoso.
Colossal nos presenta a Gloria, una excepcional Anne Hataway que está perfecta en su papel de mujer que no acaba de encontrar su camino y se resiste a madurar. Cuando la situación con su novio se vuelve insoportable y este la hecha de casa, tendrá que mudarse a su pueblo natal a la casa de sus padres para encontrar darse un tiempo, dejar la bebida y decidir que hacer con su vida. Su llegada al pueblo coincidirá con el ataque de un monstruo gigante en Seul.
Por momentos, Colossal recuerda al Kevin Smith de comedia más seria, con unos diálogos frescos e ingeniosos y esa busqueda de la madurez y de encontrarse con uno mismo, pero lo mejor está por llegar cuando da ese inesperado giro sobre la razón de la aparición del monstruo en la capital de Corea.
Vigalondo no lo tiene fácil con su guión, nos hace aceptar algunas cosas que corren serio peligro de ser demasiado inverosímiles y hacer un gran esfuerzo de imaginación, pero lo hace de manera tan natural y divertida que es imposible no rendirse a su estrambótica propuesta.