Proyecto Lázaro ha dividido bastante a la audiencia, entre los que piensan que se trata de una pedantería y los que creen que es un film muy ambicioso que reflexiona sobre la vida y la muerte. Me inclino más por la segunda opción, no es una película fácil y creo que falla en su tono y en su falta de personalidad en la dirección, reconozco me ha costado entrar en su propuesta, pero al final ha acabado dejándome buen sabor de boca y ha sido mucho más de lo que en principio esperaba habiendo visto su tráiler, que en realidad no le hace mucha justicia.
Mezcla a partes iguales de drama romántico y ciencia ficción, aunque quizás tenga algo más de peso lo primero, Proyecto Lázaro toma prestado el mito de Frankenstein para darle una nueva vuelta y un reflexionamiento más sobre las consecuencias de volver a la vida, recordemos que la película nos cuenta como en el futuro reviven a un joven que se había crionizado, el cual repasa su vida y nos llevará hasta los momentos más emotivos de esta a través de flashbacks.
Me gusta que en las películas futuristas no muy lejanas haya detalles sobre como ha avanzado la sociedad y como ha cambiado, y en eso se nota que Proyecto Lázaro está cuidada al detalle, es uno de los puntos que más me convencen, desde tecnología nueva, hasta vestuario y también en comportamiento social, cuando la enfermera le cuenta que el amor ya no es como era antes y como se vive el sexo.
La película cuenta con una voz en off que a veces resulta un tanto explicita, no es un recurso que a mi me desagrade, pero acaba dándolo todo demasiado mascado y reflexionando en exceso. El componente emotivo es muy alto y la película tiene que atraparte en ese aspecto, pero si logra hacerlo, como a mi me sucedió es una película que te hará pensar y te llegará hasta lo más hondo.