El nuevo trabajo de Seth A. Smith, director de Lowlife y The Crescent, se pasa a la ciencia ficción con esta Tin Can, un film de bajo presupuesto con dos partes bien diferenciadas, una primera que funciona muy bien, y una segunda parte en la que todo se viene abajo.
El mundo está padeciendo una plaga mortal cuando una parasitóloga que investiga el virus es encerrada en una cámara de suspensión vital. Cuando despierta, no sabe como salir de su capsula, ni cuanto tiempo lleva allí, ni como está la situación en el exterior.
La primera mitad del film lo pasamos con la protagonista dentro de la capsula, viendo como intenta salir y como se comunica con la gente que va despertando de las otras capsulas, y a pesar de que estamos en un espacio cerrado, el misterio que va creando a su alrededor está muy logrado. Pero en la segunda mitad, cuando logra salir, es cuando Seth A. Smith se lia y se va por las ramas. Tin Can empieza a dar tumbos sin que sepamos muy bien a donde quiere llegar, bueno, es que en realidad no va a ninguna parte. Lo que nos interesa es saber que ha pasado pero el film parece que nos quiere evitar esa información con incomprensibles escenas que acaban por aburrirnos y hacer que todo lo conseguido al principio se quede en nada.