Grata sorpresa la que nos encontramos con esta Meander, que utiliza la formula de un escape room, o a Cube como gran referencia en este tipo de films, para construir una película con entidad propia que prácticamente sucede en su totalidad en los interiores de unos estrechos pasillos por los que nuestra protagonista deberá ir superando pruebas mortales para sobrevivir.
Mathieu Turi, el director de Hostile, nos ofrece un film entre el terror y la ciencia ficción, con una sola protagonista, una impecable Gaia Weiss que tras el encuentro con un hombre que la recoge de la carretera se verá atrapada en un oscuro y estrecho pasillo sin saber como ha llegado allí. Una de las mejores bazas que juega Meander es la crudeza de las pruebas a las que se enfrenta la joven y lo mortales que pueden llegar a ser en todo momento.
De un dinamismo encomiable, Turi consigue que la película no se encalle en ningún momento y que avance con soltura entre prueba y prueba, y pistas sobre como superar este claustrofóbico laberinto. Y no solo eso, sino que además consigue resolver la dificil papeleta de darle un final que es de lo más satisfactorio, lo cual tiene encima bastante mérito.