Desde Bélgica nos llega esta Yummy, una comedia de terror de zombis bastante gamberra e irreverente con alguna escena de lo más memorable aunque hay que reconocer que este tipo de productos se van desinflando a medida que avanzan.
Yummy nos lleva hasta una clínica de estética al este de Europa donde una joven quiere hacerse una reducción de pecho. Acompañan a Alison su madre, que también viene a hacerse unos retoques, y su novio, el cual, perdido por los pasillos del hospital, encuentra a una mujer atada a una camilla que acabará escapando y desatando una epidemia zombi.
Yummy gasta bastante mala leche y humor negro, algo que se agradece en los tiempos que corren. La escena de la polla es de lo más glorioso que se ha visto este año en Sitges, ya solo por eso merece la pena. Pero como digo, va de más a menos, cuando empieza con los zombis tiene buenos momentos con personajes egoístas que solo piensan en salvarse a cualquier costo, pero a medida que van faltando personajes, también va quedando menos espacio para las bromas.