Kill es una película que nos llega de la India y que prometía acción de lo más bestia a raudales. La trama nos presenta a dos amigos militares de las fuerzas especiales, uno de ellos está enamorado de una joven a la que acaban de prometer, así que los dos amigos viajan en secreto hasta la fiesta en la que se celebra el evento. Al día siguiente, todos se embarcan en el mismo tren, que resulta que es asaltado por un numeroso grupo de ladrones sin escrúpulos.
El film tiene esos momentos un poco vergonzosos de drama romántico típicos del cine de la India, pero no tarda en ponerse en faena una vez están todos en el tren. Durante la primera parte tengo que decir que me sentía un tanto decepcionado, había acción, y mucha, pero tampoco era nada que destacara por su violencia exagerada y sangrienta.
Pero llegamos al atrevido giro que nadie se esperaba, y es a partir de entonces cuando las cosas se empiezan a poner interesantes de verdad y el film explota en una violencia ya sin concesiones y de lo más gamberra y, ahora si, sangrienta y exagerada como nos gusta ver en Sitges.