La ganadora de la edición de este año es un potente thriller de terror con poseídos que juega con sus propias reglas. El argentino Demian Rugna, que ya nos sorprendió hace unos años con Aterrados, regresa fuerte y con contundencia en esta propuesta que también tiene mucho de western en la que dos hermanos emprenderán una huida de su remota casa para evitar un mal que amenaza con acabar con todo lo que les importa.
Cuando Acecha la Maldad no tiene apenas tregua, aunque su primera media hora es para enmarcar, y veremos como estos dos hermanos tienen que enfrentarse a un terrible demonio que va saltando de cuerpo en cuerpo haciendo estragos a su paso. Rugna juega con la ignorancia del espectador, que de entrada no entiende muy bien que es lo que sucede, aun no nos han explicado la reglas que rigen este tipo de sucesos, pero que se deja llevar atrapado por la potencia y crudeza de sus escenas.
Rugna nos ofrece un brutal y desesperado relato de la lucha de un hombre por salvar a su familia cuando lo tiene todo en contra. No todo está dicho en el tema de las posesiones, no hay que recurrir siempre a los típicos exorcismos, y en eso la película acierta de pleno al crear sus propias normas, además de golpearnos con sus violentas y escabrosas imágenes en las que no hay concesión alguna.