Más Allá de Sitges XX: Oddity
Oddity es el segundo largometraje de Damian Mc Carthy tras Caveat, un pequeño pero recomendable film que pudimos ver en Sitges hace tres años. Ahora regresa con Oddity, con el que sigue adentrándose en un terror rural y el misterio sobrenatural al igual que hacia con su primer trabajo.
Oddity juego con el terror y con el thriller, presentándonos el escenario de un asesinato el cual deja al espectador con la incógnita de saber que ha pasado realmente y que nos iré revelando poco a poco. La muerte de una mujer en una casa aislada que está reformando es atribuida a un loco escapado de la institución mental donde trabaja su marido como médico. Un año más tarde, la hermana gemela ciega y autoproclamada psíquica sigue convencida que hay algo más tras la muerte de su hermana, y se llevará a la casa, donde ahora vive el viudo con su nueva novia, una serie de objetos para esclarecer su muerte.
Si en Caveat destacaba un juguete que parecía el primo chungo del conejito de Duracell, Mc Carthy nos trae en esta ocasión varios objetos extraños entre los que hay que destacar una figura humana a tamaño real de madera que resulta de lo más inquietante. A pesar de que las actuaciones sean un tanto justitas, lo que si que consigue Oddity es crear una buena atmósfera y un mal rollo que va en aumento, sobre todo cuando los dos personajes femeninos se quedan solas en la casa.
Oddity combina muy bien los elementos de thriller con lo sobrenatural, y el director sigue una linea similar a la de su primer film, concentrándose prácticamente todo el metraje en una sola ubicación, una casa aislada, y con pocos personajes en una trama que es sencilla pero sobre la que sabe crear el misterio y la intriga necesaria en la que nos va desvelando lo que realmente sucedió y encajando las piezas hasta llegar a su desenlace final.
