Spare Parts nos presenta a una banda de punk formada por cuatro chicas, que tras liarla en un concierto, se marchan en su furgoneta para ser increpadas por uno de los asistentes. Con las ruedas pinchadas, la policía las lleva hasta un depósito de chatarra donde son secuestradas. Allí las operan y sustituyen su brazo derecho por una prótesis con un arma y son obligadas a luchar por sus vidas por un extraño culto a los dioses.
Con una premisa tan loca como la que propones, lo mínimo que puedes hacer es ofrecer algo divertido y cafre, pero te equivocas cuando no aprovechas tu mayor baza, y lo conviertes en un drama sobre unas chicas prisioneras en contra de su voluntad.
Hay algún destello de humor negro, algún intento de hacer algo gore, pero al final se queda en nada que merezca la pena, y es una lástima porque la cosa daba para algo más. Al final, lo de los brazos convertidos en armas, queda en una simple anécdota que no es que tenga demasiada relevancia en la trama, y nos encontramos con un simple drama de mujeres encarceladas que no funciona en ningún momento.