Junto a The Substance, una de las más esperadas este año en Sitges era Strange Darling, otro de esos films que venia alabado en otros festivales y que no he decepcionado en absoluto, y se ha coronado como la favorita del público de la sección oficial. Se trata de uno de esos films con varias trampas y giros en su trama, y del que es mucho mejor no saber demasiado a pesar de que uno se acaba oliendo por donde van los tiros al poco rato.
Esto no desmerece el resultado final lo más mínimo, ya que Strange Darling es un thriller que te atrapa desde el primer momento y ya no te suelta hasta su final, que quizás sea mucho más tranquilo de lo que pueda parecer en principio. Hay que destacar aquí el gran trabajo de Kyle Gallner y sobre todo de Willa Fitzgerald, la pareja protagonista que tiene momentos magníficos.
Dividida en cinco partes y con una trama contada de manera no lineal, nos cuenta así resumido en pocas palabras para no contar demasiado, como un rollo de una noche entre un chico y una chica acaba de la peor manera posible… y no hace falta saber nada más.