Last Straw es una home invasion en una restaurante de carretera que se deja ver pero que no tiene mucho más que ofrecer, nada que no hallamos visto ya unas cuantas veces. Nos presenta a una joven rebelde y cansada de todo que tiene que hacer el turno de noche en el restaurante de su padre sola por su mala cabeza, y claro, es cuando llegan los malos y se lía.
Una protagonista repelente que te cae mal y un grupo de vengativos atacantes que te caen peor, una justificación muy pillada por los pelos y ya tenemos un film que no nos ofrece nada más. Lo mejor que podemos decir de ella es que es cortita y que entretiene lo justo para que no sea una perdida de tiempo.