Tengo que reconocer que el anime lleva unos años que salvo contadas excepciones no me acaba de convencer, toda esta tendencia de películas juveniles y dramáticas ya no es para mí, y este año ha quedado bastante claro con lo que he podido ver en Sitges, tanto Break of Dawn como Sing a Bit of Harmony se me han hecho bastante empalagosas, y la única que se salva ligeramente es esta Blue Thermal.
Estamos ya acostumbrados a que se pueden hacer mangas y animes de los más variados temas, y Blue Thermal, que no va sobre aguas termales, ya hay otro manga sobre eso, se centra en el mundo de la aviación con planeador, descubriéndonos todo un fenómeno minoritario que resulta ser de lo más interesante. Nuestra protagonista es una joven llamada Tamaki que llega a la universidad y que sueña con llevar la típica vida universitaria y encontrar un novio guapo. Para ello busca entrar en un club, pero contra todo pronostico, tras estropear de manera accidental un planeador, acaba trabajando como asistenta en el club de aviación para poder pagar los gastos de reparación. Pero lo que no se esperaba era encontrar una verdadera afición surcando los cielos con estos aviones, y sobre todo encontrar un grupo de amigos formidables.
Blue Thermal hace referencia a una corriente de aire difícil de conseguir en planeador. Cuando nuestra protagonista empieza a volar, su instructor descubrirá que tiene una habilidad instintiva para ello. Entre dramas familiares y graciosas disputas entre Tamaki y otro joven novato, el film resulta bastante agradable con sus toques de comedia juvenil y sus enredos, con una protagonista que contagia simpatía y optimismo. Quizás peca de dramatismo en su tramo final, pero compensa con esas competiciones de planeadores muy bien narradas que aportan conocimiento por un lado por algo desconocido, y a la vez tensión y emoción.