Con Megalomaniac asistimos seguramente a la que sea la mayor decepción de esta año en Sitges, un film que venia abalado con buenas críticas y prometía ser cruda e impactante y que se ha quedado en nada, o igual es que el público de Sitges está acostumbrado a cosas peores.
El film belga está dirigido por Karim Ouelhaj y se centra en un famoso asesino en serie de los años 90 en Bélgica, bueno, más bien, toma prestado este suceso para introducirnos en una historia totalmente inventada sobre sus dos hijos, Martha, una joven acomplejado que es victima de abusos en la empresa donde trabaja como empleada de limpieza, y su hermano, que sigue con el legado de su padre matando y secuestrando a mujeres.
La película no funciona en ningún momento, cuesta entrar en ella ya que tienes que deducir que los personajes que presenta son los hijos de este asesino y que son hermanos, la chica lo hace muy bien de entrada, pero su personaje acaba resultando ridículo, aunque no tanto como el de su hermano, que ya es de risa. Intenta causar impacto con alguna escena de tortura y humillación, pero al no conseguir que entres en la película, todo se vuelve absurdo y sin sustancia alguna. Tiene un aspecto visual muy oscuro y tétrico que le siente muy bien, pero no sirve de nada cuando lo que te está explicando no te llega ni te emociona ni nada de nada.