Unicorn Wars es el segundo trabajo de animación en largo de Alberto Vázquez tras Psiconautas, una fábula en la que unicornios y ositos se encuentra en guerra tras tiempos inmemoriales. El film nos presenta a un grupo de ositos en un campo de entrenamiento y se centra sobre todo en dos hermanos, Azulín y Gordi. El primero es ambicioso y egoísta, quiere ser el que beba la sangre del último unicornio, que según la leyenda, le concederá juventud y belleza eternas, en cambio, Gordi es todo lo contrario, humilde y tímido, no está hecho para la guerra. El grupo se encaminará a una difícil misión en el Bosque Mágico que tendrá inesperados resultados.
Unicorn Wars es una crítica a la guerra, dura y cruda que se sirve para ello de dos razas que siempre hemos relacionado con lo dulce y agradable. Los ositos, por centrarse más en ellos, no solo buscan mimitos y abracitos, quieren ser perfectos y adorables, pero a la vez son crueles, rudos y salvajes. La película trata varios temas espinosos, como seria el adoctrinamiento y como estos ositos son entrenados para una guerra sin escrúpulos que solo busca aniquilar a los unicornios.
Con un diseño de personajes colorido y una animación muy vistosa, no nos equivoquemos, se trata de un film de animación claramente para adultos capaz de incomodar y de tener mucha mala leche. Alberto Vázquez se supera con creces en su segundo trabajo y nos regala uno de los mejores film vistos en Sitges este año, y ya no solo digo de animación, sino en general.