Son es el nuevo trabajo de Ivan Kavanagh tras la estupenda The Canal de 2014, un film thriller de terror con sectas de por medio y una madre dispuesta a todo para proteger a su hijo. Todo empieza con un parto, y años más tarde nos encontramos con la madre, Laura, y su hijo viviendo en una casa tranquilamente, hasta que una noche Laura escucha unos extraños ruidos en la casa y ve en la habitación de su hijo a un grupo de personas. Aunque la policía no encuentra pruebas de allanamiento, ella está convencida de lo que ha visto. Y justamente poco después, su hijo cae enfermo sin que los médicos sepan dar una explicación a lo que sucede.
Ahora Laura sospecha de todo el mundo y emprende una huida en busca de su pasado que cree está relacionado con lo que sucede, aunque por el camino deberá decidir hasta donde está dispuesta a llegar para salvar a su hijo. Son nos propone precisamente este dilema, hasta donde estaríamos dispuestos a llegar en la complicada situación en la que se encuentra esta madre, que tiene que enfrentarse a lo sobrenatural y a una serie de escabrosos asesinatos.
Como suele ser habitual, nos plantea la duda entre si lo que sucede es real o todo está en la desquiciada mente de la protagonista, y no falta ese giro final “inesperado” marca del género, que parece que hay películas que no pueden sobrevivir sin él. Por lo demás, hay sangre y violencia bastante contundente, y un misterio que es resultón. Nada nuevo bajo el Sol, pero al menos es consciente de lo que ofrece y lo hace bastante bien.