Muy pocas veces uno se encuentra frente a un film que acaba de ver y puede asegurar sin temor a equivocarse que está destinado a convertirse en película de culto, y es que Mad God es una obra maestra de arriba a abajo, de esas que te deja alucinado desde el principio hasta el fin, y que sabes que tarde o temprano acabaras volviendo a ella para poder apreciar toda su genialidad con más pausa, ya que es imposible hacerlo en un solo visionado.
Mad God es la obra de 30 años del maestro en efectos especiales Phil Tippett, una película en stop motion, aunque combina muchas más técnicas de animación, en la que no hay un solo dialogo, ni falta que le hace. Mad God nos adentra a un mundo de pesadilla plagado de monstruos y criaturas inimaginables en un derroche de imaginación como pocas veces se puede ver en medio de bizarros escenarios de basura y escombros. Estos escenarios son tan detallados y tan precisos que abruman, y hay docenas de ellos, me atrevería a decir que incluso más de cien, por los que Tippett nos lleva de la mano hasta saturarnos con toda su inventiva y creatividad.
No intentéis entender la historia, lo mejor es dejarse llevar y adentrarse en esta pesadilla sin que sea necesario intentar encontrarle un sentido a todo, que seguro que lo tiene, pero eso ya lo dejaremos para otros visionados. No suelo poner el calificativo de obra maestra casi nunca en el blog, creo que hay películas que se llegan a ganar con el tiempo, pero esta Mad God no tiene lugar a discusión, es algo muy grande que pocas veces uno lo tiene tan claro de buenas a primeras.
