Titane es sin duda una de los platos fuertes de esta edición de Sitges, aunque su pase llega tan solo un día antes de su estreno en cines en España, lo que no quita que vivirla en el Festival sea una experiencia que le da un plus. Pero a pesar de venir abalada con el premio en Cannes, no nos ha parecido que la cosa sea para tanto, y nos quedamos sin duda con el primer film de Julia Ducournau, la excelente Raw.
Titane tiene unos primeros minutos que son lo que más merece la pena, rompedores y provocativos, Ducournau pone toda la carne en el asador presentando una historia oscura y perturbadora que alcanza niveles surrealistas y grotescos totalmente sorprendentes. La cosa se centra en la joven Alexia, una modelo que no encuentra su lugar y que se destapa como una asesina sin escrúpulos.
Su vida dará un giro radical y la historia parece por momentos convertirse en una broma sin mucho sentido que raya lo enfermizo y lo incomprensible. Las buenas actuaciones de Agathe Rousselle y un espectacular Vincent Lindon hacen que el la película no haga aguas en su tramo más pausado. Ducournau firma una historia que tiene mucho de Cronenberg y aunque su segunda parte baja bastante el nivel, se trata de un film atrevido y valiente que se sale de lo normal dentro del género hoy día, lo cual ya es bastante.