The Black String es una de esas películas cuyo protagonista ve como su mundo se desmorona de la noche a la mañana después de haber pasado la noche con una desconocida tras una cita a ciegas.
Está protagonizada por el reconocible Frankie Muniz, el de la serie Malcolm, que hace un papel que le viene que ni pintado, de joven solitario que, desesperado por hacer amigos, llama a un teléfono donde le procuran una cita con una mujer. Tras pasar la noche juntos, esta desaparece y le empieza a salir un sarpullido que no será el peor de sus males, ya que todo apunta a que está sufriendo alguna clase de maldición. Jonathan emprende así un viaje contrarreloj en el que será perseguido por todos y tan solo una anciana mujer parece saber que le ocurre y como solucionarlo.
Sin duda, el punto más fuerte de esta película de terror y paranoia es su protagonista, que aunque su personaje no tenga mucho que ver con el de Malcolm, es inevitable no acordarse de él. Por lo demás, tiene sus momentos que funcionan mejor que otros y consigue mantener el interés del espectador en su grotesca trama por ver que le acaba sucediendo a este joven que se ve inmerso en un extraño caso con terribles repercusiones.