Vuelven a Sitges tras su éxito hace un par de años con The Endless el dúo Justin Benson y Aaron Moorhead con Synchronic, su film, como ya se podía prever, más comercial pero en el que no renuncian a crear una historia de amistad muy trabajada en la que sus protagonistas tienen problemas reales con los que sentirse identificado.
Jamie Dornan y Anthony Mackie son una pareja de paramédicos a los que les une una gran amistad desde la universidad y que trabajan juntos en urgencias en la ambulancia cada noche, donde se empezarán a encontrar con una serie de misteriosas muertes sin explicación aparente cuyo nexo común parece ser una nueva droga sintética.
Cuando la hija del personaje de Dornan desaparece en una fiesta y dicha droga parece estar relacionada, ambos buscarán, cada uno con sus métodos, encontrarla. Es aquí cuando hace aparición el elemento de ciencia ficción ligado a los efectos que causa dicha droga.
A medio camino entre el drama y el thriller de ciencia ficción, se podría decir que Synchronic no está a la altura de su anterior y alabado trabajo, pero los directores se esfuerzan por crear unos personajes a los que dedican tiempo y esfuerzo en definir, uno un soltero empedernido y el otro casado desde hace tiempo y con una hija adolescente y un bebe que acaba de nacer, en confrontar ambos mundos y en sacar lo bueno y lo malo de ellos, sin descuidar una trama atractiva de thriller en la que se verán inmersos en la difícil y complicada tarea de encontrar a la hija.