Nuevo trabajo del aclamado director Lee Su-jin, que nos adentra en un thriller de sobrada factura técnica pero demasiado espeso y complejo que se pierde en sus constantes giros y vueltas sobre lo mismo logrando agotar la paciencia del espectador que acaba bastante saturado.
El film nos plantea una intrigante trama protagonizada por dos hombres unidos por un accidente. El primero es un político al alza y el segundo es el padre de un joven que muere atropellado por el hijo del político. A partir de aquí, sus vidas se verán afectadas en la búsqueda de la verdad del padre y en como salvar su carrera de político en el caso del otro.
No es su ritmo lento lo que acaba lastrando a Idol, ni siquiera lo es una trama que funciona muy bien de entrada y durante bastante rato, pero su director se empeña contar tantas cosas y en enredar tanto la situación que no hay manera de seguirle el juego.