No hay duda que la gran sorpresa del Festival este año la ha dado El Hoyo, y que por mucho que ya veníamos avisados de su buena acogida ganando el Premio del Público de la sección Midnight Madness en el TIFF, ha rebasado expectativas y con creces.
La premisa es muy sencilla, nos encontramos en una instalación denominada El Hoyo en la que hay una serie de niveles. Cada nivel lo ocupan dos personas y una vez al día baja una plataforma por un gran agujero central llena de comida que se va vaciando a medida que pasa por los niveles.
El film de debut de Galder Gaztelu-Urrutia aprovecha la situación para reflexionar sobre la condición humana y el capitalismo entre otras cosas en una trama en la que su espacio cerrado no supone ningún problema para que tenga un buen ritmo y no dejen de pasar cosas constantemente mientras va desvelando detalles sobre el lugar. La única pega que se le puede poner es un final que no acaba de rematar del todo y que deja no pocas incógnitas, pero por lo demás, perfecta.
No me extrañaría nada que este año tengamos una ganadora del Festival de aquí, que ya iría tocando.