A veces vas con los prejuicios a ver una película que en principio no parece vaya a ofrecer nada especial y luego resulta que te vuela la cabeza como ha ocurrido con esta modesta pero potente Await Further Instructions. Su director, Johnny Kevorkian, ha tardado 10 años en volver a rodar un largo desde su debut con The Disappeared, y más le vale que no nos haga esperar otros 10 si va a mantener este nivel.
Nick regresa tras una larga temporada a la casa de sus padres junto a su novia india Annji para las navidades. La familia de Nick es bastante conservadora, su abuelo fue militar y su padre ha heredado las viejas costumbres. La madre es una pobre sufridora en silencio y su hermana embarazada es una pija cuya inteligencia no sería su mejor virtud, que además está casada con el típico garrulo. Con semejante panorama no es de extrañar que los problemas aparezcan rápidamente, sobre todo por racismo e intolerancia hacia Annji.
Pero todo acabará de complicarse cuando una extraña sustancia negra recubra toda la casa sin dejar posibilidad de escape y el televisor empiece a mostrar mensajes. La lucha interna que se empezará a librar por el liderazgo y la obediencia o no a lo que va apareciendo en la pantalla, hará que la tensión vaya cada vez más en aumento. Lo que se nos plantea son dos posturas, la de sumisión ciega a la presumible autoridad o la de cuestionar las inverosímiles ordenes que van apareciendo por la pantalla, lo que provocará un inevitable enfrentamiento de Nick contra su padre.
Con un guión que va complicando la situación cada vez más hasta llegar a límites insospechados, el único temor que nos queda viendo Await Further Instructions es el de si sabrán rematar bien la jugada o todo lo conseguido se acabará desvaneciendo. Y vaya si lo logra, con un desenlace de lo más loco que sin llegar a dar todas las respuestas de una manera clara, es lo suficientemente explicativo como para dejarnos satisfechos y tener coherencia con todo lo visto anteriormente.