Otro de los platos fuertes de esta edición del Festival es esta Dragged Across Concrete, el tercer trabajo de S. Craig Zahler tras Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99, que le sirve para constatar un estilo propio a la hora de rodar y de contar historias ya que vuelve a incidir en temas y en estructuras similares a sus anteriores films.
Dragged Across Concrete nos presenta a una pareja de policía formada por Mel Gibson y Vince Vaughn que acaban de ser suspendidos después de una detención con violencia que es grabada con un móvil y difundida. Brett, el personaje de Gibson, es un hombre ya mayor y chapado a la antigua que no ha sido capaz de ascender como policía debido a sus conflictivos métodos, y ve como tiene que conformarse con vivir en un barrio de mala muerte donde acosan a su hija sin posibilidad de poder ofrecer nada mejor a su esposa. Así que decide hacer algo al respecto y saltarse la ley por una vez.
Zahler es un guionista al que le gusta el detalle, explayarse con sus personajes, darnos mucha información, a veces demasiada sin venir a cuento, lo que hace que sus películas se alarguen bastante, lo que me recuerda a los tochos de Stephen King cuando te introducía un personaje y te contaba toda su vida para luego acabar con él y ya está. Zahler lo ha hecho en sus anteriores films, pero quizás sea aquí donde se nota más que se le va la mano en la duración, si le recortamos media hora al film tampoco le pasa nada.
La película tiene ecos del cine de los 80 y de esos policías rudos que lo arreglaban todo a base de hostias, aunque Zahler se nota más contenido esta vez en la violencia gratuita, lo cual no hace que nos regale alguna que otra salvajada. Porque el director incide, como lo hace en sus anteriores trabajos, en personajes con clara tendencia a la violencia que tienen que enfrentarse a situaciones límite donde se ven obligados a soltarse y dar todo para superar el problema.