Chuck Steel es un film de animación en stop motion que da todo lo que se espera de ella, es decir un homenaje pasado de vueltas al cine de acción de los 80 con un protagonista que es un policía machista, misógeno y propenso a tener arrebatos de violencia, lo que entendemos por el típico tipo duro sin miramientos.
Los Trampires a los que hace referencia el título es una mezcla de vampiros y vagabundos que están empezando a asolar la ciudad y a causar misteriosas desapariciones. Estos vagampires, son una degeneración del mito del vampiro que se alimentan tan solo de sangre de borrachos, y que no mueren como los habituales, clavándoles una estaca en el corazón, sino que hay que atravesarles el hígado.
La animación funciona muy bien, y el humor, y la trama, suele pasar que en películas de este estilo la gracia se vaya diluyendo con su metraje, pero Chuck Steel consigue mantener el tipo y ser una propuesta de lo más divertida y salvaje, con mucho humor negro y mucha acción desenfrenada.