Este año me he tragado las tres películas de Sion Sono, y tengo que decir que más le vale hacer una al año y hacerla bien que hacer tres, o cuatro según parece, películas del montón, ya que esta The Virgen Psychics aunque es la más loca de las tres y sin duda la que provoca más risas, se acaba repitiendo en exceso y alargándose más de la cuenta.
Dicen al principio de I Am a Hero, la ganadora del público este año, que el cine japonés, entre otras cosas, lo tiene muy difícil para triunfar fuera de sus fronteras porque tiene el obstáculo de la cultura, y The Virgen Psychics es un claro ejemplo de esto. Sono nos propone una comedia desfasada de colegialas en donde se recrea con las minifaldas, con los cuerpos de las chicas y con las bromas sexuales, y ojo, que tiene su gracia, pero la primera media hora, luego es más y más de lo mismo, y puede que en Japón se partan de risa todo el rato con ello, pero aquí acaba cansando ya que no tienen mesura.
Esto suele pasar bastante con el cine japonés, en las películas gores todo hace mucha gracia al principio, las primeras desmembraciones y cabezas cortadas, los primeros torrentes de sangre, pero siempre acaban cansando, haciéndose pesadas. Sono tiene destellos hilarantes y sublimes en este película, pero cuando la misma broma la repetimos 40 veces, pues acaba perdiendo su frescura inicial y eso es de lo que padece mayormente The Virgen Psychics, además de que tienen que meter también la interminable escena romántica cursi, otro de los lastres de muchos films japoneses, con lo que la broma se acaba quemando rápido y se atraganta más que otra cosa.