What we Do in the Shadows: Ganadora y bien merecedora del Premio del Público este año, no hay duda de que este falso documental nos ha hecho pasar un buen rato de risas a costa de sus protagonistas vampiros que comparten piso con todo lo que ello conlleva.
Gran parte del encanto de la película son sus protagonistas, un grupo de vampiros tan idiotas como entrañables, todos ellos centenarios que ignoran completamente el progreso y que aun visten con ropas de hace siglos atrás. Sus personalidades, muy marcadas, no pueden evitar chocar en varias ocasiones, pero a la vez también se complementan a la perfección. A lo largo del film veremos como los personajes evolucionan y se relacionan tanto con humanos como con otros vampiros e incluso otros seres sobrenaturales.
A base de gags en los que el film desmonta y hace cotidianos prácticamente todos los mitos del vampirismo, el film se ha ganado a la gente, que no paraba de reírse y aplaudir en la sala. Desde luego este film de Nueva Zelanda ha sabido dar en la tecla y crear algo tan sencillo como efectivo con auténticos momentos delirantes y sublimes, que no os contaré, será mucho mejor que lo veáis. Por cierto, también tiene escena post-créditos.
The Duke of Burgundy: Peter Strickland vuelve a Sitges después de que pudiéramos ver hace un par de años su extraña Berberian Sound Studio. Esta vez el director opta por contarnos una historia mucho más pausada sobre la curiosa relación entre dos mujeres maduras en una ambientación de principios o mediados de siglo XX, que le da un aire gótico y perturbador que le sienta muy bien, ya que prácticamente todo sucede en una gran casa.
El film es un drama que pretende explorar el sentido de las relaciones y del amor a través del sacrificio y la comprensión de la pareja llevado al extremo del sadomasoquismo. Una de ellas le gusta que la traten mal y la humillen, mientras que la otra accede a sus caprichos pero espera algo más de esa relación.
Como ya digo, supone un cambio de registro para Strickland en comparación con su anterior film, mucho más calmado y relajado, pero sin evitar por ella un montaje con diferentes puntos de vista y de tiempo. Vale la pena remarcar también el pedazo papel se marcan sus dos actrices protagonistas, tanto Sidse Babett Knudse como Chiara D’Anna, la cual vuelve a repetir con el director tras Berberian.
2 comentarios
¡Buenísima What we do in shadows! Muchas risas, hacía tiempo que no me gustaba tanto una comedia de terror. Geniales esos vampiros.
Si, la verdad es que en Sitges nos reimos toda la sala practicamente durante todo el metraje, muy divertida, por fin una comedia de terror que hace gracia, ya tocaba!!!