Asmodexia: El debut de Marc Carreté no acaba de funcionar todo lo bien que hubiera deseado, esta lleno de buenas intenciones pero entre la falta de medios, el poco presupuesto y unas actuaciones bastante pobres, se acaba diluyendo en su propia propuesta de terror y de exorcismos.
El film nos cuenta la llegada de un hombre y su nieta a Barcelona, donde esperan un evento que amenaza al mundo. En su camino irán ayudando a poseídos y se reencontrarán con viejos amigos. Poco a poco vamos descubriendo el pasado de los protagonistas y sus propósitos, pero como ya digo, el interés por lo que pasa no deja de decaer a marchas forzadas, y el guión que va de un lado a otro sin ton ni son no ayuda demasiado.
El único que se salva es Luis Marco, ya que el resto de actores están muy flojos por desgracia. Ni siquiera su inteligente giro final hace que el film levante, porque a estas alturas ya no hemos quedado tan fuera que esto no hay quien lo arregle. Es una pena, creo que Carreté puede ofrecer algo mucho mejor, y así espero que lo haga en una próxima ocasión.
Cold In July: Vuelve Jim Mickle a Sitges tras brillar con Stake Land y confirmar su buen estado de forma con el remake We Are What We Are. Con Cold in July el director constata que no se casa con ningún tipo de género y nos ofrece en esta ocasión un thriller dramático ambientado en los años 80 en el que Richard mata a un intruso que había entrado en su casa en plena noche.
La muerte de esta persona le traerá consecuencias inimaginables, a parte de las de tener que cambiar el mobiliario y pintar la sala, detalles curiosos que casi nunca vemos en una película pero que son una inevitable secuela de los hechos. Richard se verá así arrastrado a una trama de corrupción y violencia en la que contará con inesperados aliados.
Mickle recupera para la ocasión a un olvidado Don Johnson que cuadra su papel perfectamente, además de contar con el protagonismo de un poco reconocible Michael C. Hall. Es un estimable film pero que a mi me ha parecido un poco inferior que sus dos anteriores propuestas, sobre todo por un guión con algunos puntos poco claros.
El Incidente: Para mí, la segunda gran sorpresa junto a The Infinite Man, con una premisa de lo más interesante, pero de esas que como no las sepas resolver bien puede ser un arma de doble filo. Pues bien, El film de debut del mexicano Isaac Ezban no solo cosigue salir airoso de tan complicada propuesta, sino que además lo hace de manera sublime.
Dos historias, la primera la de dos hermanos y un policía que los acaba de detener en las escaleras de un edificio que de repente no se acaban nunca, cuando llegan al final vuelven al principio de todo. Una familia que se va de vacaciones, llega cierto punto en la carretera que vuelven a empezar, y así sucesivamente, están atrapados en un bucle del que no parece haber salida. Aunque parece que las dos historias son inconexas, descubriremos en su tramo final… bueno, ya lo veréis que no quiero destripar más de lo necesario.
Ezban realiza una estupenda dirección, y una vez presentadas las historias las lleva hasta otro punto en el que de nuevo vuelve a retener nuestra atención y nuestro interés, y luego acaba con un giro de tuerca que demuestra que se trata de un guión muy bien pensado y con un precioso final contado a través de imágenes y música que emociona y atrapa. En serio, verla si podéis que no tiene desperdicio.