The Canal: Otro de esos prometedores films de terror que nos ofrecía este año Sitges. El film cumple bien, pero es un claro ejemplo de todo lo bueno y lo malo de lo que es capaz el terror actual.
A mi me sobran los ruiditos subidos de tono de repente que la película se empeña en meter cada cinco minutos, sobre todo en su primera mitad, pero luego, sabe muy bien crear un climax de tensión y de sustos que no para de ir creciendo hasta el final, en donde se regala ofreciéndonos incluso una desagradable escena bastante gratuita pero que también es de, Ole tu!
The Canal es un film de fantasmas entre clásico y moderno, que evidentemente no inventa nada nuevo, e incluso se podría decir que copia algunas cosas ya vistas, pero que funciona muy bien cuando se mete en faena. En un estilo muy distinto a The Babadook, tenemos a un padre, allí era una madre, luchando por que no se lleven a su hijo.
The Infinite Man: La primera grata sorpresa del festival viene de la mano de esta pequeña película, que apenas nadie conocía y que se acaba convirtiendo en una de mis favoritas de esta edición por su sencillez y su excelente guión lleno de giros.
Dean es un hombre inseguro al que le gusta planearlo todo al detalle. Se va con su chica de fin de semana para celebrar su aniversario al mismo completo de apartamentos del año pasado, pero al llegar allí se encontrarán con que el lugar está abandonado. Será el principio de un desastre de día en el que ella acabará dejándolo por su ex. Pero Dean no se dará por vencido, y creará una rudimentaria máquina del tiempo para tratar de arreglarlo.
The Infinite Man es una pequeña joya a descubrir para los amantes de los viajes en el tiempo. Para que os hagáis una idea, es una especie de Cronocrimenes pero en tono de comedia, en el que reviviremos la primera media hora de película desde diferentes puntos de vista según la versión del protagonista que llegue del futuro. En un guión perfectamente cuadrado, si pasamos por alto lo del año que pasan allí, que ofrece sorpresa tras sorpresa. Con solo tres personajes, Hugh Sullivan, nos ofrece un film lleno de paradojas y de pasados inalterables pero reinterpretables que harán las delicias de los fans de las películas de viajes temporales.
Honeymoon: Bea y Paul son una pareja muy enamorada que se acaba de casar, y que pasará su luna de miel en una cabaña abandonada en el bosque que es de la familia de ella. Al principio todo marcha perfecto, pero cierto incidente hará que las cosas empiecen a cambiar para mal.
Honeymoon es un film de terror básicamente de dos personajes, una paraje que como su director Leigh Janiak nos muestra al principio, se entiende de maravilla, las bromas, los juegos y demás, la compenetración entre ellos se nota mucho. Pero cuando Paul encuentre a Bea en medio de la noche desnuda y perdida en el bosque, todo será diferente. Ya desde la mañana siguiente nos damos cuenta de que Bea no es la misma que hemos conocido, y la química con su reciente esposa prácticamente ha desaparecido. No se entienden, no van a la vez, ella no se ríe de las bromas tontas de él, lo cual empieza a crear una atmósfera enrarecida entre ellos que el espectador palpa y de la que se contagia.
Rose Leslie, descubierta en Juego de Tronos, hace un gran papel y espero que tenga un buen futuro como actriz. Es la que tiene el papel más complicado, la de cambiar sin que se note demasiado exagerado pero lo suficiente para que pueda transmitir desasosiego e intranquilidad. Además el film está muy bien resuelto, lo cual ya es un gran punto a su favor. Film sencillo pero que funciona muy bien.