Dead Snow 2: Red vs. Dead: Tommy Wirkola aprende la lección y realiza una secuela de su gran éxito Dead Snow mucho más salvaje, divertida y bestia, y Sitges es un marco incomparable para disfrutarla tanto como se merece. Empezamos justo donde lo dejamos anteriormente, con repaso incluido a todo lo que pasó, con su único superviviente huyendo de los zombis nazis.
El protagonista aparece en el hospital tras una trepidante persecución y se le acusa de ser el responsable de la muerte de sus compañeros, evidentemente nadie cree que unos nazis han vuelto de la tumba y que todos están en peligro. Martin se escapa, pero esta vez no estará solo, ya que contará con la impagable ayuda de la Brigada Zombi, un grupo de “expertos profesionales” norteamericanos que son tan solo un acierto más en esta secuela, impagables son sus continuas referencias a Star Wars por parte de una de sus miembros.
Dead Snow 2 ofrece gore a conciencia desde que empieza hasta que acaba, momentos hilarantes, asquerosos, sublimes e incluso se vanagloria ella misma de haber creado una especie de zombi nunca visto hasta la fecha. Falta más cine en la actualidad con el descaro que tiene este film.
Zombeavers: Asumamos que estamos frente a una película que es mala no, lo siguiente, y luego dejemos de prejuicios y disfrutemos como se merece esta película de castores zombis que no solo no pretende en ningún momento ser otra cosa que no es, sino que se regodea en su condición, que por otra parte, es lo que debe hacer.
La historia es la de siempre, ni en eso se han molestado en cambiar, un grupo de amigas que se van a una cabaña en el bosque para un fin de semana de chicas. Entre está la rubia buena a la que el novio a puesto los cuernos, la mejor amiga estirada y la alocada y pasota. Junto a la cabaña hay un lago y un nido de castores al que ha caído un vertiente químico.
Los efectos especiales son cutres a más no poder, marionetas castores que ni tan solo se empeñan en pretender pasar por reales, que más da, lo que importa es la sangre y el gore, los chistes guarros y escatológicos, los yankis es lo que tienen, y a nuestras protagonistas corriendo de un lado a otro perseguidas por castores zombis. Si se ve como lo que es, sin complejos, la diversión está asegurada.
Young Ones: El film de debut de Jake Paltrow es una buena muestra de como rodar una historia sin efectismos, tomándose su tiempo, trabajando la trama y llevándola poco a poco a su desenlace, una venganza que como sabemos es mucho mejor tomarse fría.
Dividida en tres partes, la de sus tres protagonistas masculinos, la mujeres la verdad es que no están muy bien representadas en este duro futuro post-apocalíptico en el que hay escasez de agua, es una tierra de hombres, dura, árida y seca. Young Ones tiene mucho de western, ya no solo por su ambientación en sus parajes desérticos, sino por su trama y la situación de desamparo que viven los personajes en un lugar donde no hay ley que valga.
Lo más destacable del film es un Michael Shannon convincente como siempre y también destacar la presencia de un Kodi Smit-McPhee que va encadenando un título interesante tras otro. Una excelente fotografía y una buena producción con unos efectos especiales correctos a la vez que discretos, sobre todo de maquinaria y algún que otro apunte, hacen de Young Ones un film muy sólido y muy recomendable.