Toca seguir con el primer día de Festival, donde por la noche se pudo ver lo nuevo de Terry Gilliam y luego a la maratón La Nit + Freak donde nos echamos unas buenas risas, sobre todo con Mis Peores Amigos.
The Zero Theorem: Gilliam está impresionante en la presentación del film, haciendo bromas con el traductor y explicando su nuevo film, el cual dijo rodó de manera rápida y con poco presupuesto después de pasar 5 años fallidos con el rodaje de The Man Who Killed Don Quixote.
Y comento esto porque se nota que el film está realizado de manera rápida, ya que es caótico y poco concreto en lo que nos quiere contar. Se trata de la búsqueda de un sentido a la vida por parte de Qohen Leth, un trabajador en una gran empresa retraído y poco sociable que lo único que quiere es trabajar en casa para evitarse el caos y el ruido de la ciudad en su trayecto al trabajo. Finalmente lo consigue y se le encargará la tarea de demostrar el teorema cero, es decir, demostrar que el mundo acabará en la nada.
Gilliam consigue una ambientación futurista de andar por casa con pocos recursos pero muy bien empleados gracias a vestuario estridente y decoraciones retro. Gran parte del film transcurre en la casa de Qohen, una vieja iglesia destartalada donde trabaja con su equipo y recibirá varias visitas que le intentarán ayudar en su tarea y en su proposito en la vida.
Christoph Waltz está soberbio en su papel, y por allí tendremos también a David Thewlis y a la preciosa Mélanie Thierry, pero lo que realmente llama la atención es la cantidad de cameos que nos ofrece el film, donde encontraremos a Matt Damon o a Tilda Swinton caracterizados de manera casi irreconocible, así como al gran Peter Stormare que veremos más tarde en Bad Milo!
The Zero Theorem es un film que se va por las ramas, que se limita dentro de su propio espacio y que se queda lejos de ser considerada una de las grandes obras de Terry Gilliam, pero al menos es un paso adelante en su carrera de la cual aún esperamos nos pueda llegar alguna gran cosa.
Mis Peores Amigos: Promedio Rojo 2 El Regreso: Si antes comentaba que Gilliam había estado divertidísimo en su presentación, Nicolás López no se queda atrás y deja ir algunas perlitas totalmente fuera de tono con las que no podemos evitar mondarnos.
Mis Peores Amigos es la secuela de su primer film Promedio Rojo, donde nos volveremos a encontrar con los mismos protagonistas 10 años después. Si no habéis visto el primer film os lo recomiendo, pero la secuela empieza con una escueta presentación animada que nos viene a contar lo que pasó, o sea que tampoco es imprescindible haberse visto la película.
Resulta que Papitas, el amigo retrasado del grupo, se está muriendo, y decide dar una fiesta de cumpleaños para reunir a sus viejos amigos, los cuales no se han vuelto a ver desde que acabó el colegio y que estos cumplan con una lista de deseos que hicieron de jóvenes antes de que muera. Con un guión de estructura de comedia clásica sin muchas sorpresas, lo realmente divertido del film son sus gags de carácter friki, ya que la lista de deseos incluirá cosas como conocer a un duende o viajar en el tiempo con un Delorean.
La presencia de Javier Aller es realmente impagable, sus escenas son siempre de lo más divertidas, y ya de cara al final del film, cuando piensas que este ya ha dado todo lo mejor, empieza el rollo élfico y vuelve a despegar e incluso a tener sus mejores momentos con alguno de los gags más desternillantes de la película.
Tras su aventura en Estados Unidos con Aftershock, Nicolás López vuelve a Chile para meterse en terreno menos pantanoso con una comedia friki que hará las delicias de todo aquel friki que se precie con numerosas referencias y unos gags que te harán reir a carcajadas.
Bad Milo!: No esperaba gran cosa del film, y efectivamente así ha sido, un film que nada más empezar va cayendo en picado y no hay manera de pararlo, repitiendo los mismos gags escatológicos una y otra vez con cada vez menos gracia.
La historia va de un hombre con problemas estomacales que acaba cagando un pequeño monstruo que es la representación de su subconsciente más oscuro, con lo cual se dedicará a matar a todo aquel que le haga la vida imposible o simplemente sea una molestia. Viniendo de donde viene, del culo, era de esperar que el nivel de escatología del film fuese alto, y así es, con gags de pedos y de introducciones en el año cada dos por tres.
Lo único que consigue que mantengamos la atención es la presencia del gran Peter Stormare, que cada vez que aparece consigue elevar el poco nivel que tiene esta producción, el actor sabe aprovechar los papeles secundarios como pocos, y aquí se come literalmente a sus compañeros cada vez que aparece en pantalla como el psicólogo raro del protagonista.
No se que pasa este año con las comedias de terror, el nivel es bajísimo y esta es otra prueba de ello. Seguidamente venia Hell Baby, que incluso es peor que esta y cuya crítica ya hice hace algún tiempo.