El martes fue un día muy espeso, se notó la falta de sueño después de la maratón del lunes por la noche y unas películas en las que costó entrar, vamos con la primera parte de lo que llegué a ver el martes.
Cosmopolis: Mucho esperaba del nuevo film de David Cronenberg, y debo decir que a mí me acabó cansando la propuesta del director, en la que tan solo apoyándose en diálogos nos cuenta la pericia de un joven empresario atravesando la ciudad para cortarse el pelo. Dentro de la limusina se reunirá con varios personajes de su entorno con los mantendrá conversaciones sobre diferentes temas.
Acida crítica al capitalismo, Cronenberg parece iniciar con Cosmopolis una nueva etapa en su filmografía cada vez más alejada de las películas de sus inicios que tanto renombre le dieron. Si hasta ahora había profundizado en la violencia y sus repercusiones, esta nueva etapa ya veremos porque camino le lleva. Por el momento nos ofrece un film muy estático, cuyo desarrollo se limita al interior de la limusina en su mayor parte y donde nos presenta a un personaje magníficamente interpretado por Pattison, todo hay que decirlo, el joven de Crepúsculo se está labrando una carrera alejándose lo más posible de la saga que ha encandilado a las jovencitas.
Pattison es un joven prepotente y materialista, cuyo único interés en la vida es tener más y más dinero, y cuando su empresa empieza a ir cuesta abajo acaba perdiendo los papeles. Cosmopolis es una adaptación de la novela de DeLillo que aunque fue escrita hace 10 años, se adapta perfectamente a los tiempos que corren de crisis financiera.
The Wall: No debería quejarme mucho de The Wall, ya que la sinopsis del film ya hacia esperar lo que finalmente se vió, un film altamente contemplativo en la que su protagonista deambula durante lo que dura la proyección por la montaña sola en compañía de sus animales y de la naturaleza.
Una mujer se queda aislada en una cabaña en el bosque, atrapada por un misterioso campo de fuerza invisible. Allí solo que quedará luchar por sobrevivir en compañía del perro y otros animales que irá encontrando mientras escribe un diario que narra sus pensamientos y reflexiones sobre la vida.
Apoyándose en la voz en off, The Wall no busca explicar el fenómeno del campo invisible que la rodea, sino que es tan solo una excusa para aislar a un personaje y contarnos como sobrevive plantando un huertecito, caminando por la montaña y hacerlo repasar su vida, sus esperanzas, sus ideas sobre el mundo y sus cosas, en un film en el que apenas pasa nada y que para mi gusto es aburrido a matar, pero si te gusto este tipo de cine al estilo Terrence Malick, seguro te encantará.
Juego de Niños: Este remake de ¿Quién Puede Matar a un Niño? es directamente una de las peores películas vistas en Sitges este año, así de claro. No hay nada destacable en la propuesta de este director apodado Makinov que nos pueda llevar a valorar algo en positivo su film, pero nada de nada.
Ya sabemos que en el cine hay una especie de tabú en lo referente a la violencia con niños, pero ya llevamos unos años en que creo que hemos visto muestras de que esto está quedando atrás, y muestras más que explicitas. El remake desaprovecha toda oportunidad de crear malestar mostrando imágenes claras sobre esto, y de la manera más cobarde se oculta en las escenas de violencia en primeros planos que no muestran nada, y no solo eso, sino que se intuyen son más falsos que otra cosa.
La historia es la de una joven pareja de vacaciones que se desplaza a una isla para pasar unos días, pero al llegar allí la encuentras deshabitada y solo hay unos cuantos niños por la calle. Ya sabemos que los niños son los causantes, pero en Juego de Niños no hay tensión, no hay mal rollo, no hay nada de nada salvo un intento de remake que desde luego se queda a años luz de su original.