Netflix nos trae Troll, el último trabajo del director noruego Roar Uthaug conocido por La Ola, Tomb Raider o Fritt Vilt entre otras. En esta ocasión, Uthaug nos ofrece su Godzilla particular noruego en una cinta de monstruo gigante y catástrofes con un inmenso Troll que despierta del interior de la montaña de Dovre cuando se está perforando un tunel y que no tarda en sembrar el caos a su paso mientras se dirige a la capital, Oslo.
Troll es la típica cinta de monstruo gigante que se ciñe al esquema clásico y que no elude sus referencias ni su desarrollo sin sorpresas, pero que por contra, ya es lo que le pedimos a una cinta de estas características, y Uthaug hace que todo funcione a la perfección gracias a un buen trío protagonista, la científica Nora Tidemann, el ayudante de la Primer Ministro Andreas Isaksen y el Capitán Kristoffer Holm, que por esta vez, el film no deja en mal lugar a los militares, aunque no falta por otro lado el capullo de turno que solo quiere reventarlo todo con misiles.
Troll genera misterio, esconde a la criatura de buenas a primeras pero no se demora tampoco mucho en mostrarla en todo su esplendor, y lo hace con unos más que decentes efectos especiales que hacen que el trol no luzca nada mal. Siguiendo los pasos de otros films de estas características, nos encontramos con las típicas escenas de ataques militares que no surgen efecto y a la científica que descubre de que se trata pero que nadie la toma en serio cuando intenta plantear soluciones fuera de lo habitual.
Como vemos, Troll no descubre ni ofrece nada nuevo, pero está muy bien realizada y es un regalo para los que disfrutamos con este tipo de productos, ya que tiene emoción y tensión, y un tramo final bastante intenso en el que se revelan inesperados secretos ¿Que más se le puede pedir?