Nos encontramos en el año 2049, y en la Tierra acaba de pasar una catástrofe que deja aislado a un científico en el ártico intentando contactar con las misiones espaciales en funcionamiento para avisarles del desastre. Al poco de estar solo, descubre que también se ha quedado allí escondida una niña llamada Iris, que por lo visto no puede hablar. El científico descubre que hay una misión regresando de una luna de Júpiter que es de las pocas que queda en activo, pero no puede contactar con ella ya que su antena no tiene suficiente potencia, con lo que la niña y él inician un viaje por la nieve hasta otra central con una antena más potente.
Mientras tanto, en la nave que regresa a casa, se extrañan de que no consigan establecer comunicación alguna con la Tierra. Vuelven con buenas noticias, la luna de Júpiter es habitable, pero no encuentran a nadie con quien compartir las noticias. Pero en la nave tendrán sus propias complicaciones al desviarse de manera accidental de su ruta de regreso.
De entrada, tengo que decir que no he leído el libro en el que se basa esta The Midnight Sky, pero me ocurre una cosa bastante extraña, y es la sensación de que toda la película es una situación estirada al máximo para acabar en la revelación final. Todo lo que se encuentran los protagonistas son problemas e infortunios que parecen más un envoltorio para alargar la trama que otra cosa, cuando al final todo se resuelve en una comunicación y en un giro para darle emotividad que parece de lo más impostado.
Clooney realiza una buena actuación, y su personaje está bien construido, un hombre que se pasa la vida buscando una salida para la raza humana pero que es incapaz de salvarse a si mismo y de apartarse de su trabajo para disfrutar las pequeñas cosas de la vida. También sus compañeros de reparto como Felicity Jones, la niña, Kyle Chandler y en general todos están muy correctos, y desde luego que está bien rodada, pero en general todas las escenas, algunas más que otras, se podrían haber eliminado del metraje final y el resultado serie exactamente el mismo, y eso es un gran problema que arrastra durante sus dos horas.
The Midnight Sky nos deja así una sensación agridulce, de una película bien rodada y con buenos actores, pero que no es más que un envoltorio de escenas donde todo se complica para los protagonistas sin mucho sentido, como si de un videojuego lleno de trabas se tratase, con el único propósito de llevarnos a un desenlace sorpresa donde cuadrar un circulo que pretende ser de lo más melodramático y darle un sentido a todo, cuando uno ya hace rato que ha desconectado y ya solo aguanta por inercia.
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Ni más ni menos