The Imaginary es el segundo largometraje del Studio Ponoc, estudio sucesor de Ghibli creado por Hiromasa Yonebayashi, director de Arrietty y When Marnie Was Here en 2015 junto a varios animadores del propio Studio Ghibli, y supone un paso adelante y una mejora de su primer largometraje Mary y la Flor de la Bruja, quizás todavía demasiado deudor de la herencia de Ghibli.
Está claro que el estilo visual y el diseño de los personajes nos va a recordar bastante a Ghibli, pero ya no es tan evidente el parecido, y se nota en algunos aspectos como en el coloreado de los personajes. La historia de The Imaginary se centra en los amigos imaginarios, justo cuando en Hollywood se han estrenado este año dos películas sobre la misma temática, Imaginary en clave de terror y dentro de poco se estrena If en forma de comedia fantástica de aventuras, y aunque este film de animación no renuncia al fantástico y a la aventura, si que tiene bastante también de drama.
El film nos presenta a Amanda, cuyo amigo imaginario se llama Rudger, un niño que la acompaña a vivir grandes aventuras en mundos inventados. Pero cuando Amanda sufre un accidente y Rutger se pierde, tendrá que hacer frente su desaparición y luchar por encontrar a su amiga a la vez que huye de un siniestro personaje que quiere comerle.
The Imaginary aprovecha muchas de las reglas establecidas sobre seres imaginarios pero también crea las suyas propias con algunas limitaciones para ellos pero también ofreciéndoles todo un mundo y una solución para cuando son olvidados por esos niños que se hacen mayores. Visualmente es una delicia, con una animación preciosa llena de color y detalle, creando mundos imaginarios llenos de fantasía y de maravillosas criaturas.
La película es un emotivo viaje que trata el dolor y la pérdida, con la imaginación como vía de escape de la realidad y sobre la amistad, quizás falte aún pulir algunos detalles menores, pero el estudio Ponoc con su segundo largo se acerca bastante a la magia de Ghibli.