Crítica: The Dark Knight Rises

Nolan echa el cierre a su trilogía del hombre murciélago con la que quizás sea su film más irregular y endeble de los tres vistos. Pero antes de que se me pueda tirar a la yugular algún fan con ganas de guerra tengo que decir que para nada me ha parecido una mala película ni mucho menos, sino todo lo contrario, y sus muchos aciertos suplen de sobras algunas de las carencias que presenta el film.

Voy a comentar el porqué me parece que esta es la peor de las tres, aunque mejor debería decir la menos buena de ellas, ya que lo de peor suena demasiado peyorativo y no creo que haga justicia al espectáculo visto. La razón es Bane. Tom Hardy realiza un trabajo excelente y la caracterización del personaje así como su actualización es más que correcta. Bane impone cuando aparece en la pantalla, y como tuve la suerte de poder ver el film en versión original, la elección de la voz y el tono es de lo más acertado, que ya he leído que el doblaje vuelve a fallar de nuevo. Tanto su historia como su origen, alejado del de los comics, resulta coherente y encaja a la perfección en la saga, en este aspecto no voy a ser purista. Donde realmente me falla es en todo el proceso por llevar a Gotham a su destrucción y en el rocambolesco plan que lleva a cabo.

Batman Begins era la primera, nos presentaba a un villano ligado al pasado de Bruce Wayne, un Liam Neeson que componía un sereno, despiadado y experimentado Ras’al Guul que entrenaba a nuestro héroe para después enfrentarse a él al intentar destruir la ciudad de Gotham. The Dark Knight nos trajo a un Joker desatado con la magistral actuación de Head Ledger. El Joker estaba loco y buscaba la destrucción por mero divertimento en su empeño de demostrar que la verdadera naturaleza del hombre, cuando este es llevado al extremo, es capaz de lo peor. Y ya de paso nos contaba de manera excepcional como Harvey Dent se convertía en Dos Caras, como un fiscal impoluto acaba convertido en villano. Bane no tiene una motivación clara que le lleve a destruir Gotham, más que quizás cumplir los deseos de cierta persona, cosa que encajará con la primera parte, y cierta sorpresa que le puede dar algo más de empaque a la situación y que resulta ser un giro bastante bueno, aunque no inesperado a poco que hayas leído unos cuantos comics de Batman. De lo que realmente me quejo es de la inocencia del intrincado plan que llega a montar Bane para llevar a la ciudad al caos, buscando una destrucción a largo plazo que no tiene mucho sentido y de toda la parafernalia que se monta alrededor. Si quieres destruir la ciudad destrúyela y punto, no le des tiempo a tu enemigo a recuperarse y volver al ataque.

De todas maneras, The Dark Knight Rises tiene muchas más cosas buenas que malas, hacer la lista de ambas podría llevarme a escribir una crítica casi interminable. Todo se resume en el buen hacer de sus guionistas y director. Los primeros, porque a pesar de la ingenuidad de la base, son capaces de construir un relato con multitud de detalles, de encajar esta tercera entrega con las dos anteriores e incluso hacer referencias, la última conversación entre Batman y Gordon es buen ejemplo de ello, de construir unos diálogos inteligentes y profundos, y en definitiva, poner un envoltorio tan sumamente minucioso y calculado que poco importa que lo que hay dentro sea muy sencillo. Y Nolan vuelve a hacer gala de que es un director con una puesta en escena como pocos hoy día, mejorando mucho desde el primer Batman en las escenas de acción, y el primer enfrentamiento entre Bane y Batman es una muestra. Las escenas más espectaculares no dejan de ser también realistas y creíbles, sin tener que abusar en exceso de unos efectos especiales mucho más llamativos, pero que hubieran restado efectividad.

Más cosas a destacar, los actores, a los que no voy a nombrar uno por uno ya que todos están perfectos en su medida, desde Gary Oldman, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, hasta una Anne Hathaway que había levantado bastantes recelos como Catwoman y tan solo hacen falta dos minutos para que te convenza de que es perfecta para el papel. Y el otro protagonista es Hans Zimmer, o más bien su música, mucho más presente y épica que en anteriores entregas, y con una melodía que ya nos quedará para siempre en la memoria.

The Dark Knight Rises es la peor de la saga porque una de ellas tenía que serla, pero no porque sea ni de lejos un mal film, sino que es un cierra a una trilogía prácticamente perfecta y a la que poco tendremos que reprocharle en su conjunto, ya que todas se complementan a la vez que son independientes y tratan temas diferentes, dudo mucho que Batman vuelva a caer en tan buenas manos, a ver quién es ahora el que se atreve dentro de unos años a retomar el manto del murciélago.