The Collector fue en su día un alumno aventajado de los films que más o menos tenían como referente a la saga Saw, no en vano estaba dirigida por Marcus Dunstan, guionista de las últimas entregas de la saga así como de la saga Feast en su segunda y tercera entrega, mucho mejor la segunda que la tercera.
The Collection es la inevitable secuela del film en donde nos encontramos de nuevo a este peculiar asesino que gusta de poner trampas macabras a sus víctimas. Todo empieza presentándonos a una nueva protagonista que acaba en una fiesta privada con unos amigos. Una vez allí nuestro peculiar asesino tiene preparado organizar una masacre en toda regla, en una espectacular y sangrienta escena, de la que solo se salva la joven, que será tomada como rehén por el asesino, y Arkin, el personaje que acababa atrapado en la anterior entrega y que ahora consigue escapar.
Como la joven tiene un padre que se preocupa mucho por ella y tiene recursos, manda a su hombre de confianza para que lo reclute y junto a un equipo de mercenarios buscar y dar caza al asesino para recuperar a su hija. Así se acaban metiendo de lleno en la guarida del asesino que estará llena de trampas y donde cualquier descuido acarreará una terrible muerte.
Hay muchas cosas que cantan en The Collection, como porque el sobreviviente si resulta que conoce el paradero del asesino no se lo dice a la policía, en vez de a los matones del padre de la chica, y otros actos que podemos cuestionar, pero es que The Collection no es un film para romperse mucho la cabeza, sino para mirar un día que no tengamos muchas ganas de pensar y dejarnos llevar. Y es que se les ha ido un poco la pinza a la hora de recrear la guarida del asesino, un viejo hotel abandonado lleno de cadáveres y victimas dementes encerradas donde el asesino se dedica a experimentar cortando a la gente, drogándola, mutilándola y creando símiles con insectos con carne y huesos humanos. Vamos que tiene un tinglado allí montado que no se lo creen ni ellos, pero como ya he dicho, hay que dejarse llevar y no darle mucho al coco.
Lo que si que he echado en falta es un poco más de originalidad con las trampas, que prácticamente son a base de cuerdas y pinchos. El grupo de mercenarios contratado para liberar a la chica va cayendo poco a poco victima de las trampas y tendrá que enfrentarse a una horda de gente cautiva que ha perdido la cordura hasta dar con el asesino y la joven que viene a rescatar.
The Collection da precisamente todo lo que se puede esperar de ella, parece un clon de la saga Saw en la que es más importante que las muertes sean bien vistosas y sangrientas que darle un poco de coherencia a la cinta. Recomendable para los fans que añoran la citada saga y para los que gustaron de la primera parte y quieran conocer algo más sobre el asesino conocido como The Collector, entretiene que no es poco y además dura poquito, con lo que no se hace nada pesada.
2 comentarios
La primera me supuso una muy grata sorpresa, pese a sus reminiscencias a la franquicia Saw. Esta secuela, sin embargo, es una absoluta decepción. Es pasable porque al fin y al cabo entretiene, pero resulta bastante mediocre al aumentar la dosis de casquería en detrimento de la intriga y la tensión que hacían grande a su predecesora. Y al igual que Saw 2, aumenta el número de protagonistas para convertirlos en meras víctimas sin ninguna personalidad que van cayendo una a una a manos del psicópata. Además, lo que nos descubre del asesino es, en general, bastante absurdo, como si le hubieran querido atribuir todas las demencias posibles de los psychokillers. Lo que se descubre de él ni tan siquiera aclara los motivos de sus atrocidades, amén de que a ratos parece saltarse su propio modus operandi.
En fin… decepcionante capítulo.
Saludos 😉
Si que como secuela deja mucho que desear tras una primera parte que a mi tambien me resulto mucho más interesante, lo que si que tiene es eso, lo justito para entretener y que es muy corta y no aburre. Totalmente de acuerdo en lo de las victimas sin personalidad, el grupo de mercenarios contratados apenas abre la boca y solo están allí como mera carnaza.