The Cellar nos lleva hasta la típica vieja mansión que una familia acaba de comprar y a la que se mudan. Evidentemente, la mansión esconde una truculenta historia que sus nuevos inquilinos no tardaran en padecer. Nuestra familia está compuesta por Keira Woods y su marido Brian Woods, y sus dos hijos, el pequeño Steven y la adolescente Ellie, que está en esa edad en la que todo le viene mal y ni por asomo quiere mudarse a esa nueva casa que tiene un tétrico sótano al que no quiere ni acercarse.
La primera noche que pasan en la casa, los padres tienen que ir a una reunión de trabajo, y es cuando desaparece la hija de forma misteriosa. Como no es la primera vez que sucede, todos piensan que se ha fugado y escondido con algunos de sus amigos, pero la madre, que habló con ella por teléfono, empieza a sospechar que hay algo más oculto y no tarda en empezar a investigar el misterioso pasado de la casa y a sus antiguos dueños, a la vez que a buscar el significado a los extraños símbolos que hay por todo el lugar.
A su favor hay que decir que va bastante directa al grano, y que tiene algún golpe de efecto bastante logrado, la escena de las escaleras cuando desaparece la joven consigue ser sobrecogedora, y luego no abusa del susto fácil para centrarse más en la investigación del misterio que esconde la casa, cosa que iremos descubriendo a la par que su protagonista, y que al menos consigue mantenerte con la intriga.
Elisha Cuthbert es la gran protagonista, volviendo a demostrar que como actriz es bastante limitada, pasado su fama de comedias de principios de los 2000, ha quedado relegada a series de televisión. Tampoco ayuda mucho que el director Brendan Muldowney no aporte visualmente nada destacable y que todo esté más cerca de una producción para televisión que de cine.
The Cellar no me parece un film malo de terror, de hecho me parece que está por encima de la media de muchos productos que nos acabamos tragando a lo largo del año gracias a una propuesta que se centra más en la investigación de lo paranormal que en dar sustos gratuitos y caer en las típicas presencias fantasmales, y además nos deja un buen sabor de boca en su tramo final con una resolución que al menos logra ser de lo más acertada.