Empieza Tenet, y bastan 5 minutos para que uno se de cuenta del porqué ama tanto una sala de cine. Una escena trepidante y con un sonido acojonante es suficiente para dejarte ya de entrada enganchado a la butaca y con la boca abierta, la cosa empieza bien.
Nolan vuelve a ofrecernos un film lleno de originalidad en el que juega de nuevo con el concepto del tiempo, una constante en muchas de sus películas, y lo hace a un ritmo endiablado, su primera parte es un bombardeo de información en la que no te puedes despistar ni un segundo, con diálogos que se suceden a gran velocidad y que nos van llevando de un sitio para otro.
Y es que Tenet es un James Bond de altos vuelos con una trama de ciencia ficción y viajes temporales que parece estar muy bien hilvanada, pero que desde luego invita a un segundo visionado para poder apreciar mejor sus detalles. Una vez uno pilla por donde van los tiros, no es muy difícil adivinar sus giros, que son los típicos de películas de estas características, pero sabe manejar muy bien estos recursos e incluso consigue colarte alguno de inesperado.
Si algo llama la atención en Tenet son sus espectaculares escenas de acción y como el factor temporal se introduce en ellas, como te vuela la cabeza en cada una intentando comprender los movimientos hacia delante y hacia atrás, son de un virtuosismos y de una complejidad que bien merecen ser miradas a cámara lenta para poder apreciarla bien sus coreografías imposibles. Tengo que reconocer que he alucinado como hacia tiempo no lo hacía, una sensación que me ha trasladado en el pasado a la primera vez que vi Matrix en cine.
John David Washington realiza un trabajo impecable, muy bien secundado por un grandisimo Robert Pattinson, demostrando una vez más que es un pedazo de actor, una enorme Elizabeth Debicki e incluso un Kenneth Branagh haciendo de villano en un papel en el que no es muy habitual verle y que quizás me ha costado más que me lo creyera.
No solo el factor tiempo viene siendo una constante en la filmografía de Nolan, sino también esa imagen idealizada de sus protagonistas que no solo buscan salvar el mundo, sino que hay un apego familiar que los hace avanzar, que suele ser el recurso de una mujer o unos hijos, y en este caso, es el personaje de Debicki el que hace que nuestro protagonista se la juegue varias veces por salvarla convirtiéndose en una especie de ángel de la guarda para ella, sin que Nolan llegue a jugar la baza romántica de una forma muy evidente.
Nolan lo ha vuelto a hacer, ha creado un enorme espectáculo para el que sin duda van a correr ríos de tinta en teorías y análisis diversos, va a hacer que sus fans sean más fans aun, y que sus detractores tengan nuevo material para machacarle, pero lo que está claro es que se trata de una muestra más de que otro tipo de blockbuster es posible, uno que se atreva sin miedo a ser personal y complejo.
2 comentarios
Pues tuve el placer de verla ayer en estreno, yo solito por que a la family no le apetecía 150 minutos de cine. Un espectáculo, un a historia trepidante y con giros y detalles que como bien dices, necesitarán de un segundo visionado. Imprescindible verla en el cine, al menos la primera vez.
Saludos.
Desde luego, imprescindible en cine, como ya digo, tan solo la primera escena ya vale su entrada.