Sentimientos encontrados con este episodio VIII, aunque a pesar de todo tengo que decir que me ha convencido más que ese refrito, muy loable de todas maneras, que fue el episodio VII, pero… evidentemente hay varios peros, incluso más de los que me gustaría, alguna escena demasiado cuestionable, partes de la trama que no aportan gran cosa, un excesivo humor que muchas veces desentona, y alguna que otra cosa que hace que la experiencia, pese a que acaba siendo satisfactoria, no sea todo lo perfecta que debería ser.
Los Últimos Jedis comparte varias similitudes con El Imperio Contraataca, como la trama partida en dos, por un lado seguimos a la resistencia huyendo del imperio, en una huida parsimoniosa que mejor no entraremos a cuestionar mucho pero que de todas maneras funciona cinematográficamente y da pie a un in crescendo de tensión y desesperación de ver a algunos de nuestros héroes atrapados y sin escape posible. Por el otro lado, encontramos a Rey justo donde la dejamos al final del anterior film, encontrándose con Luke pidiendo que la entrene.
La primera trama nos deja alguna que otra escena un poco absurda como la de la Princesa Leia y toda la parte del casino, en la que estaremos de acuerdo si decimos que poco o nada aporta a la historia, pero que es sin duda un buen contrapunto para conocer un poco más esta galaxia muy lejana, apartándonos de la lucha entre Primera Orden, resistencia y Jedis. Es la trama que desde luego aporta más acción ya desde esa primera batalla entre la Primera Orden y la Resistencia.
En cuanto a la segunda trama, quizás no era lo que esperábamos, no es el entrenamiento de El Imperio Contraataca ni nada parecido, ni siquiera este parece ser el Luke Skywalker que recordábamos, su propia historia parece que ha afectado su lucha. Si lo que buscamos es encontrar a Luke convertido en una especie de Yoda de antaño, la decepción puede llegar a ser grande, pero la parte positiva al menos es que nos da algo diferente e inesperado, para bien o para mal.
Los Últimos Jedi va de menos a más, y aunque su primera hora puede llegar a resultar algo tediosa, es el preparativo de algo grande que está por llegar. Porque al igual que sucedía en el Episodio V, nos encontramos con una película puente con todo lo que ello comporta, mucho más lenta y falta de espectáculo. Recuerdo haber visto El Imperio de joven justo después de ver la primera película y pensar que era mucho más aburrida, compleja y con menos acción, algo que se compensaba con creces en su tramo final. Años más tarde ya la valoraba en su justa medida y me parece entonces la mejor de la saga, y puede que este episodio VIII sufra de algo parecido y que con los años se le reconozca su mérito a pesar de sus fallos.
Johnson avanza en la historia y se quita de encima el fantasma del remake encubierto que no se logrará quitar la primera parte de Abrams, aunque aquí volvemos a encontrar numerosas similitudes entre los dos films. Quizás no le hayan dejado hacer todo lo que quería, pero es una evolución hacia algo más maduro, por mucho humor que hayan metido, se nota que la historia tiene mucha más miga que la que parece a simple vista, con un buen número de referencias y guiños al fan que no pueden faltar, algunos más evidentes que otros. También volvemos al espacio y a escenarios más futuristas, algo de lo que escaseaba bastante el episodio VII.
Los Últimos Jedi da un paso al frente y nos deja la puerta abierta hacia un capítulo IX con el que tendremos finalmente que valorar esta nueva trilogía, ver como se resuelven los conflictos aquí creados y ese enfrentamiento final entre Primera Orden y Resistencia, entre Jedis, y personalmente espero que el camino a seguir sea lo que hemos visto aquí y no algo al estilo de El Retorno del Jedi, cruzaremos los dedos para que no se les ocurra volver a meter otra Estrella de la Muerte.