Robocop se adapta a los nuevos tiempos, han pasado 27 años desde que Paul Verhoeven nos ofreciera una de las joyas de la ciencia ficción de los 80. Los cambios son más que evidentes, actualmente los avances tecnológicos son tantos comparado con casi 30 años atrás que es normal que la forma en que se ve ahora la ciencia ficción sea muy distinta de lo que lo era en la época.
El nuevo Robocop es más estilizado y mucho más rápido, incluso tiene una moto. Este reboot, ellos han querido llamarlo así, se esfuerza mucho más que el anterior film en mostrarnos la parte tecnológica, siendo este uno de los cambios más sustanciales con el film original. Este Robocop se gesta con algunos cambios que humanizan en un principio a la máquina, y poco a poco veremos como evoluciona hasta ser un poco más el Robocop que todos conocemos, frío y eficaz. Tiene que llegar a ser así, ya que uno de los elementos principales del film original era precisamente la humanización de la máquina, algo que aquí queda un poco más desdibujado.
De todas maneras, es la parte que más me ha gustado, la que se mete más de lleno en la ciencia ficción y deja de lado la acción y la trama policial, que es donde creo empieza a fallar y a irse por las ramas la película más tarde. Si no contamos la escena en donde despojan al robot de todas las partes de su cuerpo que es bastante impactante, y que realmente desentona bastante con el tono general, podemos decir que se ha perdido en violencia, le falta sangre y crudeza, pero sería algo que podríamos llegar a perdonar si el resto funcionará.
Pero no acaba de funcionar del todo, allí donde el primer film ofrecía una crítica mordaz y efectiva sobre el sistema, la televisión, las grandes corporativas y la corrupción, esta nueva versión se desprende de esa mala leche y se queda en algo más sutil, más insulso. Es verdad que Samuel L. Jackson está genial de nuevo con pelucón como presentador a favor de aprobar la ley robótica, y sin duda tiene algunos de los mejores momentos en pantalla con sus discursos, pero a la trama principal de la OCP le falta fuerza, ¿donde está la corrupción del sistema, de los empresarios, de los políticos?
Uno de los puntos fuertes del original fue su acertado casting, desde Murphy al villano, y creo que aquí, a pesar de contar con actores de excepción, no acaba de conseguir el efecto deseado. Yo salvaría de la quema a Jackson como he dicho antes, y a Gary Oldman como mucho, pero Michael Keaton como empresario bueno que al final resulta ser un cabrón no me convence, el personaje de Kackie Earle Haley es demasiado plano, Abbie Cornish como la mujer de Murphy, tiene más protagonismo que en el original, pero es que tampoco me aporta gran cosa, y lo del jefe de la mafia en las calles ya es de risa, nada que ver con el carismático en su día Kurtwood Smith. De Joel Kinnaman no tengo mucho que decir, está claro que no se puede igualar a Peter Weller, pero tampoco me ha desagradado tanto como el resto.
En definitiva, tenemos un remake, o reboot, o como quieran llamarlo que es mucho más suave y blando, al que le falta un poco más de violencia desmedida y mala leche, claro signo también de los tiempos que corren, en donde el cine comercial se acaba haciendo para consumo rápido, y no para que perdure en la memoria. No es un completo desastre, hemos visto cosas mucho peores, sin ir más lejos el insulso remake de Oldboy no hace mucho, pero se queda muy lejos de llegar a ser el film de culto que es el Robocop de Paul Verhoeven.
2 comentarios
Totalmente de acuerdo con tu crítica. Me la esperaba bastante peor, pero me entretuvo y la parte de acción no está nada mal.
Un saludo!
Muchas gracias, me alegro te gustará, si todos los remakes estuvieran como mínimo a la altura de este no nos quejaríamos tanto.