A nuestro viejo amigo el Predator lo hemos visto ya en varios fregados desde que apareció por primera vez en la película de 1987 de John McTiernan enfrentándose a Arnold Schwarzenegger en plena jungla. Tres años más tarde llego la inevitable secuela que esta vez nos llevaba a otro tipo de jungla, la de asfalto, en una película que no me cansaré de reivindicar, salvaje y sangrienta. A partir de ahí, varios intentos de resucitar la franquicia con film que no estaban del todo mal pero que acabaron de cuajar, e incluso un par de películas junto al otro icono cultural extraterrestre, el Alien. Ahora, la novedad es llevar al Predator 300 años al pasado y en territorio Comanche, lo cual no ha podido ser más acertado, dejándonos unos de los mejores films de la franquicia.
Prey nos presenta a una obstinada Naru, una mujer que lucha por convertirse en cazadora en medio de una tribu comanche donde solo los hombres se dedican a ello. Sus mejores bazas son su habilidad con el hacha y su ingenio. Cuando algo nunca visto llega a su territorio, Naru investigará para saber que es a lo que tienen que enfrentarse, descubriendo que se trata de un guerrero letal y peligroso en busca de una presa que esté a su altura.
Prey tiene varios detalles que me han gustado mucho, uno de ellos es que nos encontramos 300 años atrás, con lo que presentar al mismo Predator que ya tenemos visto de películas del presente hubiera sido poco creíble. Con lo que tenemos un personaje más primitivo, si es que puede llamarse así, que mantiene algunas de sus armas más icónicas, pero que en general, muestra un aspecto no tan evolucionado, que da la sensación de que todo es más antiguo que lo que ya habíamos visto hasta ahora.
Sin duda, el gran atractivo de este nuevo film es Amber Midthunder, a la que ya habíamos visto repartiendo estopa en la serie Legion, y que aquí se hace dueña sin problemas de la función con un personaje de empoderamiento femenino que resulta creíble y muy capaz. Por otro lado, el director Dan Trachtenberg, después de sorprendernos hace unos años con Calle Cloverfield 10, nos demuestra con su segundo largo que va a ser un director a tener muy en cuenta en el futuro.
Prey nos lleva de nuevo a los bosques, un escenario que le sienta muy bien a la saga, pero encuentro algo forzado el no querer caer en los tópicos ya vistos, y ese enfrentamiento final se me queda un pelín descafeinado, pero hay momentos de acción espectaculares, y los efectos digitales son muy eficientes. Lo que nos deja una película de lo más entretenida y vistosa, y de lo mejorcito hasta la fecha que se ha hecho con el personaje, que ya es decir.