Perfect Sense es un drama romántico y a la vez un film apocalíptico del director David Mackenzie, hasta ahora su cine ha tenido mucho más de lo primero que de lo segundo, pero a veces son este tipo de directores los que son capaces de ofrecernos pequeñas joyas de género como sucede en esta ocasión.
Susan es una epidemióloga con poca suerte a la hora de escoger hombres. Michael es un chef sin muchas ganas de comprometerse con ninguna mujer. Después de pasar una noche juntos, todo apunta a que cada uno seguirá por su lado, pero entonces una extraña enfermedad hace su aparición. Tras un ataque súbito de pena depresiva y llanto, la gente empieza a perder su sentido del olfato de manera inexplicable.
De la mano de Susan empezamos a conocer este extraño brote de primera mano con los primeros casos que se empiezan a dar alrededor del mundo. No hay explicación para lo sucedido ni conexión alguna entre los distintos casos que se dan a conocer. Todo el mundo acabará padeciendo esta extraña enfermedad, todo el mundo acabará perdiendo el olfato, aunque lo peor está aún por venir.
La relación entre Susan y Michael empezará con reticencias de ella, pero se irán haciendo cada vez más íntimos a medida que los casos se van haciendo más numerosos y les acaba alcanzando a ellos mismos.
Perfect Sense combina perfectamente ambos géneros y diría que los reparte de manera equitativa, sin que ninguna de las dos tramas, la de amor y la de contagio global, esté por encima una de la otra. Tanto Eva Green como Ewan McGregor convencen totalmente en sus personajes, la pareja tiene química y se compenetra perfectamente, y nos ofrecen una historia de romance que por lo menos no es nada pastelosa.
Pero lo que más nos interesa es cuando el film se acerca más al cine de género, sin ser tan técnico ni tan plural como Contagion y más cercano a Blindness, Perfect Sense se centra más en como afecta estos sucesos a las vidas de nuestros dos protagonistas, la epidemióloga que se ve incapaz de encontrar una explicación a la enfermedad y el chef que verá como tendrá que adaptar el negocio a medida que la gente va perdiendo los sentidos, ambos lucharán en su campo y a su manera para ayudar mientras su relación va siguiendo su curso.
Mackenzie nos muestra de manera cruda y dura los efectos de la enfermedad, de manera sublime y atrevida en sus últimos compases, pero apuesta en todo momento por el ser humano y en su espíritu de superación y de adaptación a pesar de las complicaciones para salir adelante, un aire optimista que el film bien demuestra que no tiene porque ser una opción equivocada, sino que bien enfocado puede ser tan válido como cualquier otro. Lo que pretende la película es demostrar lo que realmente importa, lo único necesario para vivir que llega como una revelación final que a pesar de la tragedia le da una nueva perspectiva a la humanidad.
Perfect Sense es otro descubrimiento que os tengo que recomendar a todos los que améis la ciencia ficción más minimalista, experimental, y porque no decirlo, sensible, que no sensiblero, un film repleto además de interesantes y atrevidos hallazgos visuales y sonoros que hacen al espectador participe de lo que sucede en la historia. Una película para empezar el año con cine de calidad.